He aprendido a sentir la Arquitectura, más allá de pensar que debería ser o bajo que movimiento histórico debería situarse.
Deberíamos más bien preguntarnos qué deseamos transmitir a través de ella, cómo se relaciona con el entorno natural y sus variables, pues es mediante la configuración de la forma y la función que podemos pasar de una idea o concepto que nos apasiona hasta llegar a su realización.
Un arquitecto que no materializa sus ideas, nunca llegará a ser útil para la humanidad, ya que no hay nada más excitante y gratificante que ver habitar tus proyectos por las personas para las cuales diseñaste, el tiempo traducido en horas dedicadas, pensando, imaginando y bocetando.
Lo que pienso sobre la Arquitectura:
Michael Murphy: “En cada uno de nuestros proyectos nos preguntamos: ¿Qué más puede hacer la arquitectura? Nos vemos obligados a considerar cómo podemos crear empleos, cómo abastecernos a nivel regional, cómo invertir en la dignidad de las comunidades en las que trabajamos…La arquitectura puede ser un motor transformador para el cambio…Los edificios hacen visibles nuestras aspiraciones personales y colectivas como sociedad. La gran arquitectura nos puede dar esperanza; La arquitectura puede curar”.